La psoriasis es una enfermedad inflamatoria de la piel muy frecuente en el mundo. Se caracteriza por la presencia de placas gruesas de piel rojas que pueden picar y que producen descamación. A veces estas placas solamente se encuentran en los codos o rodillas, pero muchas veces pueden afectar gran parte de la superficie corporal, lo que puede comportar un gran problema a nivel de la calidad de vida de la persona y en sus relaciones personales o laborales.
Es importante destacar que la psoriasis no es una enfermedad infecciosa, y que el hecho de estar en contacto con personas con psoriasis o compartir ropa no conlleva ningún tipo de riesgo de contagio. De hecho, llevar con naturalidad la enfermedad ayuda a eliminar el tabú que puede significar para algunas personas con estas lesiones el hecho de ir a la playa o desnudarse ante otros.
Algunas veces la psoriasis puede afectar también a las articulaciones, por lo que es importante que las personas con psoriasis avisen a su médico si sufren dolores óseos o dificultad al moverse, así como realizar un control periódico de factores de riesgo cardiovascular como el azúcar o las grasas en sangre.
El picor de las placas de psoriasis es la principal molestia que tienen estas personas, pudiendo afectar incluso el sueño. Por lo tanto un tratamiento adecuado de la enfermedad puede mejorar la calidad de vida de estas personas, a la vez que disminuir el número e intensidad de las placas de psoriasis.
El principal tratamiento para mejorar la psoriasis son las cremas hidratantes, que deben ser bastante grasas, así como también tomar el sol con moderación. Por otro lado, el estrés influye de una forma muy importante en esta enfermedad, pudiendo rebrotar como respuesta a situaciones personales, sociales o laborales.
Cada vez se están investigando más tratamientos para esta patología, tanto a nivel de cremas como también en pastillas o con inyecciones, que se plantean ante psoriasis más graves que no responden solamente con cremas.
Por lo tanto, es importante recordar que la psoriasis es una enfermedad muy frecuente en la población pero que con una vida saludable y un cuidado diario de la piel se puede controlar perfectamente.