En el IV Congreso Internacional de Prevención de Lesiones Deportivas, los expertos han recomendado valorar cada área anatómica del aparato locomotor para corregir factores de riesgo en edad temprana.
Los niños y adolescentes deben pasar por una valoración médica y orientación deportiva que tenga en cuenta aspectos orgánicos, psicológicos y biomecánicos para poder aconsejarles el deporte que mejor se adapte a su anatomía y capacidades. Durante el IV Congreso Internacional de Prevención de Lesiones Deportivas que se ha celebrado en la Universidad Católica San Antonio (UCAM), los expertos han subrayado la importancia de valorar cada área anatómica del aparato locomotor para poder corregir factores de riesgo en edades tempranas.
Según José Luis Martínez Romero, director de la Cátedra de Traumatología del Deporte de la UCAM, la revisión tiene que abarcar la columna vertebral, anomalías de la pelvis, alteraciones tanto torsionales de miembros inferiores como de ejes de carga en rodilla y de miembro superior, así como la estática de los pies y una valoración músculo-tendinosa.
Factores de riesgo
“Es fundamental corregir los factores de riesgo y hacer controles periódicos anuales en los niños con actividad deportiva moderada, mientras que en los deportes de especialización precoz se harán dos o tres veces al año con el acuerdo de los equipos médico y técnico”.
El traumatólogo demanda una especial atención al cartílago del crecimiento en los menores deportistas, por ser más débil que el hueso y más proclive a sufrir presión o alteraciones de los ejes de carga. Al tener los ligamentos más fuertes que los cartílagos, el niño puede sufrir más lesiones Óseas que ligamentosas. “Ante un posible esguince en un niño hay que descartar una lesión Ósea del cartílago o se hará un tratamiento incorrecto, propio de adultos, que puede dejar secuelas”.
Alerta igualmente sobre las alteraciones biomecánicas que pueden provocar lesiones por sobrecarga en niños si se practican deportes no adecuados. En una pequeña desviación de columna habría que evitar la gimnasia rítmica o el judo; en alteraciones del hombro no hacer natación y en problemas con la rótula nada de saltos.
“Nadie debe quedar sin hacer actividad física o deportiva. Hay un deporte para cada niño, para cada edad, incluso para cada discapacidad”. Dependiendo de los centímetros de desviación, se podrá practicar cualquier deporte, o evitar carreras y saltos. En casos graves habrá que operar.
Estos serían algunos factores predisponentes a lesiones deportivas, pero también están los desencadenantes, como un exceso de entrenamiento o material de protección inadecuado, desde la raqueta con mango impropio de la edad hasta la bota de fútbol no apta para un terreno de juego. “Hay que alertar a los padres que compran a los niños botas muy profesionales y diseñadas para jugar en césped natural, un hecho que propicia lesiones porque los equipos infantiles suelen jugar en césped artificial”.