¿Cuándo se considera que hay una ola de calor?
El plan de acción para la prevención de los efectos de las temperatura extremas comienza desde primeros de junio hasta mitad de septiembre ya que según diversos patrones epidemiológicos, a partir de una temperatura “umbral” aumenta la mortalidad.
La AEMET envía diariamente a todas las CC.AA. las temperaturas máximas y mínimas previstas para los siguientes días y su nivel de riesgo. El nivel de riesgo depende del número de días que espera que superen los umbrales de temperatura (nivel 0-verde-sin riesgo: ningún día hasta nivel 3-rojo-alto riesgo: 5 días.
¿Qué enfermedades puede causar el exceso de calor?
Si no se adoptan las medidas necesarias, el calor puede ser un enemigo peligroso para la salud, especialmente para las personas mayores, los niños, los enfermos y las personas obesas.
El organismo se defiende del calor con el sudor, que es lo que le permite enfriarse. Pero con él se elimina mucho agua, además de sales y minerales que le son necesarias. Es por ello que cuando el calor es excesivo, no se bebe la suficiente agua, se está demasiado tiempo expuesto a altas temperaturas y no se reponen las sales y minerales eliminadas con el sudor pueden surgir problemas para la salud que pueden incluso suponer la muerte:
- Deshidratación: es, con la insolación, la enfermedad más peligrosa que puede producir el calor si no se reponen los líquidos que el organismo elimina a través del sudor, la orina y las heces. Si no se reacciona ante los primeros síntomas puede llevar a la muerte en pocos días.
- Golpe de calor o insolación: se produce como consecuencia de una larga exposición al sol, a temperaturas elevadas y más aun en condiciones de humedad elevada. Una de sus consecuencias inmediatas suele ser la deshidratación. Los primeros síntomas pasan por una elevada sudoración ya aceleración del pulso y la respiración, para dejar paso a náuseas, vómitos y rápida elevación de la temperatura corporal (puede superar los 40º), causando desmayos, colapsos e incluso la muerte.
- Afecciones cutáneas:la excesiva sudoración puede ocasionar la aparición de eritemas cutáneos, es decir, el enrojecimiento e inflación de la piel, incluso con la aparición de sarpullidos en aquellas zonas en las que se concentra la humedad, el calor y el roce de la ropa. Son más frecuentes en axilas, ingles y pliegues de la piel.
- Calambres musculares: se producen por la pérdida de sales y minerales a través del sudor, cuando éstos no se reponen de forma adecuada. Es frecuente que aparezcan durante la realización de un ejercicio intenso o inmediatamente después, con mayor frecuencia en piernas, brazos y abdomen, dependiendo del tipo de ejercicio que se ha realizado.
¿Qué medidas podemos emplear para combatir los efectos del exceso de calor?
La mejor forma de protegerse del calor es usar el sentido común y las medidas tradicionales que nuestra cultura ha utilizado par cuidarse de los rigores del verano:
- Mantener las ventanas y persianas cerradas durante el día y ventilar por la noche.
- Beber mucha agua sin esperar a tener sed y evitar las bebidas alcohólicas.
- Disfrutar de la dieta tradicional de verano basada en platos fríos, ensaladas y frutas.
- Ropa ligera, no apretada, de colores claros, y preferentemente de algodón, evitando la sintética.
- Sombrero o gorra para protegerse del sol. Buscar la sombra.
- Protección solar con FP mayor de 15.
- Vigilar que los niños jueguen en la sombra.
- Planear actividades lúdicas en la mañana o al atardecer cuando baja la temperatura.
- Evitar ejercicio físico en horas de más calor. Si son inevitables: beba abundante agua, bebidas con sales antes, durante y después del ejercicio. Si se siente mareado o cansado interrumpa la actividad y póngase a la sombra.
- Evitar que personas y animales permanezcan mucho tiempo en coches parados con las ventanas cerradas.
¿Qué personas tienen mayor riesgo?
- Mayores de 65 años y menores de 5 años (sobre todo bebes).
- Aquellos que realicen actividades que requieran mucho esfuerzo físico.
- Personas con enfermedades crónicas: cardiópatas, hipertensos, diabéticos, obesidad.
- El consumo de diuréticos y antihistamínicos o la ingesta excesiva de alcohol.
Fuente: www.saludpublicaaragon.es