La artroscopia ha abierto la puerta a nuevos diagnósticos, anatómicos y fisiológicos, en el manejo de la cadera.
La introducción de la artroscopia en el manejo de la cadera, fundamentalmente en el choque femoroacetabular, está· dando paso al “redescubrimiento” anatómico y fisiológico de otras patologías instaladas en esta articulación, cuyo ˙último objetivo sería “restaurar la anatomía con el menor daño posible”, ha indicado a DM Ángel Villamor, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología (COT). La práctica de esta metodología es todavía muy novedosa porque, aunque empezó a realizarse hace una década, los especialistas aún están aunando resultados para alcanzar conclusiones estadísticas y comprobadas y que se presentan en los encuentros de la Sociedad Internacional de Artroscopia de Cadera.
Menores de 50 años
El choque o pinzamiento femoroacetabular, pequeña deformidad que parece originarse a partir de la adolescencia y que se caracteriza por la presencia de dolor, limitación de la movilidad y que puede degenerar en artrosis prematura y, por tanto, en necesidad de recambio protésico, es la que más beneficios está· obteniendo del uso de la artroscopia, indica Villamor.
“Los datos internacionales han demostrado que el choque femoroacetabular ha sido la causa del 70 por ciento de artrosis y, consecuentemente, de las prótesis que se implantan en menores de 50 años”, indica el cirujano, quien asegura que la prevalencia estimada de choque femoroacetabular en la población general es de un 15 por ciento.
En pacientes bien seleccionados con choque femoroacetabular, la artroscopia terapéutica consigue un 95 por ciento de buenos resultados
Estos datos, según Villamor, justifican que se promueva el diagnóstico precoz de esta alteración porque favorece el tratamiento precoz que, además de eliminar dolor y limitaciones funcionales, “frena el desarrollo de artrosis prematura y, por tanto, la necesidad de implantar prótesis”. El diagnóstico es fundamentalmente clínico, con maniobras características, reforzado con proyecciones radiológicas estándar, criterios con los que médicos de primaria o deportivos pueden hacer un diagnóstico temprano y realizar la derivación a expertos en artroscopia de cadera, metodología que, según el especialista, requiere aprendizaje, adiestramiento y pericia.
En pacientes bien seleccionados con choque femoroacetabular, la artroscopia terapéutica consigue un 95 por ciento de buenos resultados, subjetivos y cuantificados objetivamente, relacionados con la recuperación funcional.
En deportistas se registra un 90 por ciento de Éxito, en cuanto a incorporación con el mismo nivel que antes de la intervención. Para Villamor, a raíz del desarrollo de la artroscopia en choque femoroacetabular se han ideado nuevos diagnósticos, derivados de la mayor investigación en cadera.
Nuevos diagnósticos
En los últimos años “hemos alcanzado nuevos diagnósticos para dolores de cadera que no se sabía de dónde procedían. Se está produciendo un redescubrimiento de la cadera, anatómica y funcionalmente”.
Así, actualmente se reparan por vía artroscópica trocanteritis, patologías del glúteo medio, tendinitis del psoas, así como el abordaje del pinzamiento isquiofemoral. Otro ejemplo destacable se relaciona con el labrum, un pequeño cartílago que sobresale del acetábulo y que se conoce como el menisco de esta articulación. En las primeras artroscopias, incluso se eliminaba y parecía que el paciente mejoraba. Sin embargo, “hemos comprobado que se trata de un sellador del líquido sinovial y que, por tanto, cuando se extrae la articulación pierde lubricación y se desgasta.
El labrum ha sido objeto de múltiples investigaciones relacionadas con el funcionamiento de la cadera. Ahora, ningún cirujano elimina el labrum sino que se repara mediante artroscopia. La cirugía de cadera se ha tornado más compleja, pero gracias a la artroscopia se han alcanzado diagnósticos detallados y muy precisos, en algunos casos apoyados por ecógrafo para pequeñas lesiones, y tratamientos más específicos”.
El equipo de Villamor tampoco olvida una última, aunque no menos importante, parte del abordaje integral en patología de la cadera: la medicina preservadora que, a través de la educación en salud, prolonga la vida de las articulaciones.