Se conoce por incontinencia urinaria a cualquier pérdida involuntaria de orina que puede medirse y que supone un problema social para la persona. Se trata de un problema tan común como silenciado, que afecta a una de cada cuatro mujeres en nuestro país. ¡Pero cuidado! No se trata de una disfunción que afecte sólo al sexo femenino. Los hombres no están exentos de poder padecerla, aunque siempre se haya creído que las pérdidas de orina son problemas de mujeres.
Durante años, nos han hecho pensar que es normal que se nos escapen unas gotitas de orina después del parto; o que llegada cierta edad es habitual que tengamos que usar compresas día sí y día también. Pues siento deciros que ¡no! No es normal tener escapes, ¡ni a los 35 años ni a los 80! Porque nuestro cuerpo está diseñado para ser plenamente continentes, así que si sufres pérdidas de orina, es que algo no funciona bien.
No todas las pérdidas tienen el mismo origen. Algunas se producen por una alteración en el músculo de la vejiga, otras por debilidad del suelo pélvico; puede ser también por un fallo en el esfínter interno de la uretra o por una combinación de todos los factores anteriormente mencionados.
De esta forma, distinguimos varios tipos de incontinencia urinaria:
– Incontinencia urinaria de esfuerzo: se caracteriza por la pérdida de orina al aumentar la presión abdominal, es decir, al toser, al correr, al saltar o al levantar peso. Es más frecuente en mujeres durante el post-parto aunque también pueden sufrirla hombres tras una operación de cáncer de próstata.
– Incontinencia urinaria de urgencia: se caracteriza por un deseo repentino e imperioso de orinar acompañado de pérdidas de orina. Puede producirse varias veces al día e incluso por la noche. Suele estar asociada a una vejiga hiperactiva, es decir, la necesidad de ir a orinar muchas veces al día. Es frecuente en mujeres después de cirugías vaginales y en hombres de avanzada edad.
– Incontinencia urinaria mixta: consiste en la presencia de síntomas asociados tanto a la urgencia como al esfuerzo.
Si sospechas que padeces algún tipo de incontinencia, no te avergüences porque muchas personas están pasando por la misma situación que tú. Cuando algo tiene solución, ¡hay que buscarla! Así que acude a tu médico o unidad de suelo pélvico para que un especialista te ayude a diagnosticar tu problema y te informe de las posibilidades de tratamiento.
La fisioterapia es una disciplina que aporta grandes beneficios a este tipo de disfunciones. Existen diversas técnicas cuya finalidad siempre será la reeducación y el fortalecimiento de la musculatura del suelo pélvico para mejorar tu problema y a la vez, tu calidad de vida.
El tratamiento consiste en una combinación de:
– Correcciones posturales
– Mejora de hábitos miccionales y de ingesta de líquidos
– Gimnasia abdominal hipopresiva
– Electroestimulación para el suelo pélvico
– Biofeedback
– Estimulación del nervio tibial posterior
– Ejercicios de Kegel
En Litera Salud contamos con una fisioterapeuta especializada en suelo pélvico. Llámanos si te identificas con este problema e infórmate de las posibles soluciones que podemos ofrecerte.